ESUS Mobility es una Startup Valenciana que está desarrollando un vehículo ligero para reparto urbano de mercancías, el vehículo ESUS se ha pensado en respuesta directa al aumento en los problemas logísticos de la última milla. El aumento del comercio electrónico a nivel mundial no solo supone un problema para el medio ambiente y problemas de congestión de tráfico, sino que también ha hecho de esta última milla la etapa más cara en la cadena de distribución.

Con ESUS, convertimos la micro movilidad en sostenibilidad. Al reducir la necesidad de vehículos con mayor capacidad de carga y menos sostenibles, también reducimos costos y aumentamos la eficiencia para el cliente.

Un indicador claro de hacia dónde va la última milla es el incremento de matriculaciones de furgonetas que se está produciendo en los últimos años, debido en parte, al crecimiento del comercio electrónico. En 2012 se matricularon 54.700 furgonetas y el año pasado fueron 124.023, llegando a tener un parque de 2,5 millones de furgonetas.

Durante el 2019 se realizaron un total de 103.000 millones de envíos de paquetería según el estudio de la compañía Pitney Bowes, que estima que para 2026 el volumen de envíos de paquetería se llegue a duplicar, hasta situarse en un rango que oscila entre los 220.000 y los 262.000 millones de paquetes. Sin embargo, debido a la incertidumbre que genera la pandemia, podría llegar incluso a los 316.000 millones de envíos.

Ese ingente volumen de paquetes se encontrará con un cuello de botella en el último tramo de su viaje, la temida última milla: tráfico, atascos, calles peatonales, cascos antiguos de difícil acceso y escasez de sitios de descarga. Sobre este último punto y según estudios, buscar estacionamiento representa ni más ni menos que el 28% del tiempo total de la entrega.

Esto ocurre en el 85% de las entregas, donde de media hay que malgastar 2,3 minutos en buscar estacionamiento. En resumen; en una jornada eso significa que el repartidor pasará 1 hora y 10 minutos dando vueltas para estacionar. Esto tiene un coste para la empresa logística cercano a los 5.000€/año por repartidor.  Y no hay alternativa a este descalabro, salvo parar donde se pueda y arriesgarse a una multa, lo que puede llegar a salir más caro.

Las claves de por qué el ESUS es más eficiente que una furgoneta, en rutas por el centro de la ciudad o con alta concentración de repartos y calles de difícil acceso para otros vehículos son:

  • Fácil de aparcar. Al tener la consideración de una bicicleta a la hora de ser aparcado en la calle, puede suponer un ahorro del 28% del tiempo de cada entrega.
  • No le afectan ni la congestión ni la limitación del tráfico. Al ser catalogado por la DGT como Vehículo de Movilidad Personal (VMP) tiene mayor flexibilidad para trazar la ruta, por ejemplo, puede utilizar el carril bici y circular por zonas peatonales (con sistemas de seguimiento autónomo), y gracias a ello las rutas pueden ser hasta un 20% más cortas.
  • No es más lento que una furgoneta. La velocidad media de una furgoneta en la ciudad es de 14Km/h, frente a los 16Km/h de velocidad media de un VPM.

La suma de estos factores, y dependiendo de la ruta, hace que el ESUS permita ahorrar hasta un 60% entre costes de personal y vehículos, y según los datos del Ministerio de Fomento, eso significaría un ahorro de casi 30.000€ al año.

Ya en 2019, el peso de la distribución urbana de mercancías sobre el total de la circulación en el centro de Madrid fue del 38%, y se calcula que en 2025 este porcentaje alcance el 47%.

Según los datos del estudio, el actual modelo de movilidad urbana en las ciudades españolas tiene un impacto muy relevante en la pérdida de competitividad, con un coste económico derivado del tiempo perdido en atascos, del impacto medioambiental y de la siniestralidad, cifrado entre los 15,1 y los 23,8 mil millones de euros al año, lo que representa el 2% del PIB nacional.

Tanto Madrid como Barcelona están entre las 50 ciudades del mundo con mayor congestión por tráfico, con 129 horas perdidas por habitante al año en la capital y con 147 h en el caso de la ciudad condal, lo que equivale a más de 15 jornadas laborales en atascos.

Este estudio, lamentablemente, no recoge cuánto tiempo pierde un repartidor que realiza toda su jornada en un vehículo comercial, pero no sería descabellado multiplicar por 3 el tiempo que pasa en el coche una persona que va y vuelve de su trabajo. Podríamos decir que un repartidor promedio estaría 441 horas anuales parado por la congestión del tráfico, lo que tendría un coste de casi 8.000 € al año.

Nuevamente surge la necesidad de un vehículo como ESUS, que ayude a sacar vehículos comerciales grandes de las calles, que redunde en una mejora en la fluidez del tráfico, en la reducción de la contaminación acústica y la eliminación de emisiones de gases contaminantes.

En estos momentos ESUS Mobility está construyendo una pre serie de sus vehículos para diversas pruebas piloto, algunas subvencionadas por el ayuntamiento de Valencia, en la que espera conseguir el reconocimiento del mercado que merece, ya que los reconocimientos en galardones ya han llegado. En un año ha ganado numerosos premios en Col·lab, la aceleradora del ayuntamiento de Valencia, ha llegado a la final de Climate Lauchpad, siendo considerada una de las 8 mejores startups en movilidad sostenible.

Algunos de los vehículos de esta pre serie serán utilizados por los comerciantes del centro de Valencia, para repartir los pedidos online de forma eficiente y sostenible, igualando en condiciones los servicios que las grandes cadenas de distribución ofrecen.

Coincidiendo con estas pruebas piloto, ESUS Mobility planea abrir una ronda de inversión, para lanzar la producción de sus vehículos de última milla, pero también está planeando hacer en un futuro próximo versiones de movilidad personal, para el servicio de sharing, vehículos que permitan al usuario desplazarse con sus bolsas de la compra, o con su mascota.

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